Con sumo agrado veo el esfuerzo realizado por la Consejería de Educación del Gobierno de Aragón en España, quien lanzó hace unos días un proyecto piloto que consiste en hacer que cada reproductor digital de audio y video se use para el aprendizaje de idiomas.
El programa lo han desarrollado en colaboración con el Centro de Ramón Cajal de Huesca. La dinámica es muy sencilla: a los alumnos de Bachillerato se le dará un iPod para la asignatura de inglés. A través de un archivo de audio o video se le facilitará a los alumnos la práctica oral de la lengua y mejorando así sus destrezas de comprensión auditiva.
Con este esfuerzo logran captar el interés del alumno, lo van involucrando con su aprendizaje y lo convierten en gestor de su desarrollo educativo. Esto sí que es autoaprendizaje.
Imaginen las posibilidades que permite este recurso: leer las letras de sus canciones preferidas, practicar mientras cantan o ven sus series usuales, analizar los anuncios publicitarios o fragmentos de películas, escuchar audiolibros...
Esperemos que esta iniciativa sea un éxito y alguien más intente replicar la experiencia con otras materias.
La tecnología una vez más nos ofrece la herramienta, la didáctica no queda en retórica sino en progreso real a todo lo que da.
Jorge Hidalgo
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